jueves, 23 de diciembre de 2010

Felicitacion


Desde este bolg deseo de todo corazón a los fieles seguidores y visitante que pasen una feliz navidad y un prospero año nuevo 2011

martes, 2 de noviembre de 2010

LOS DANZANTES DE ISSO Y LA SANTA ESCUELA DE CRISTO

Hoy os hablare de los danzantes de isso y de la santa escuela del cristo






LOS DANZANTES DE ISSO

La danza se bailaba antes de la Reconquista y se ejecutaba su presencia en los velatorios de los vecinos de la Pedanía de Isso que fallecian y por esotiene su origen la danza guerrera que posteriormente pasó a ser religiosa, conservando su tipismo por las ánimas y los difuntos.
Estas tradicionales danzas, formadas únicamnete por hombres procedentes del medio ruralejecutaban sus bailes en los días de Navidad, concretamente el día 25, nacimientodel Señor y el día 28, Día de los Santos Inocentes. Acompañaba a las danzas un conjunto de músicosque tocaban guitarras, bandurrias y laudes. Sus coplas eran sencillas, con un sentir popular.
Las danzas que se ejecutan, son tan violentas y viriles, que al final de las mismas producen gran cansancio físico.Siempre han gustado mucho por su originalidad, por su sencillez y por sus giros ymovimientos que hacen diferenciarlas de todas las danzas que se conocen.

SANTA ESCUELA DE CRISTO

Fue fundada en Hellín el 15 de Julio de 1726 como consta en el libro constitucional de la Congregación y Escuelas de Nuestro Señor Jesucristo, editado en Valencia en 1868.
En el Santuario del Rosario y en el libro de actas de laCofradía de la Virgen, en el año 1737, se indica que el santero encargado de las llaves del Santuario tenía el deber de abrir las puertas los días que celebrase cultos la Escuela de Cristo.

A mediados del siglo pasado, en las procesiones de Semana Santa, la Escuela disponía de 350 cruces de varios tamaños, que las cedían a los penitentes mediante una pequeña limosna para que acompañaran a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Las filas de penitentes que
pertenecían a la Escuela de Cristo iban precedidos de tambores, costumbre que hoy también perdura.
Por los años 80 del siglo pasado desapareció la Escuela de Cristo, contando entonces 48 hermanos, 8 clérigos y 40 seglares. Casi a cien años de su desaparición, la directiva de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, en sesión celebrada el día 15 de marzo del año 1974, se toma el
acuerdo de instaurar de nuevo la Escuela de Cristo, un grupo de hellineros, amantes de las viejas raíces y tradiciones de nuestro pueblo, la removieronde sus cenizas.
La función principal de la Santa Escuela de Cristo era la
difusión de los Ejercicios Espirituales de la poblaci¢n, as¡ como la
obligación de socorrer a los pobres y enfermos transe£ntes y acompañar a los reos de
muerte en el pat¡bulo, que se montaba delante de la desaparecida Ermita
de Santa Barbara.
Las primeras constituciones datan del siglo XVIII, donde se definen todas las labores que ten¡an que realizar los cofrades, entre otros los anteriormente mencionados.

La indumentaria no ha variado a lo largo de los años y se trata del t¡pico saval penitencial, con cord¢n blanco.
En el recorrido que se realiza por el barrio antiguo, de reminiscencias
musulmanas, portan un Crucificado y cuatro faroles.


El Miercoles Santo por la noche, tiene lugar, una autentica procesión de penitencia, a cargo de los componentes de esta Escuela a la que se asocian, numerosos penitentes y una gran masa de gentes. Recorren las calles de Hell¡n antiguo, recoletas, llenas de silencio y el rezo del V¡a Crucis, pone en la noche, un sentimiento de devoción, marcado por la solemnidad del momento.

sábado, 9 de octubre de 2010

Que signifificación tenia la Revista Macanaz


MACANAZ, fue una Revista de ciento veinticinco páginas. La cual edita los Servicios Culturales del Excelentísimo Ayuntamiento de HeLLín. ¡ Ya quisieran otras ciudades españolas, aun las de progreso, riqueza o empaque actuales, disponer de otra igual, siquiera por el volumen material, al que, provisionalmente, nos atenemos!
El índice de uno de 109 dos números aparecidos es variado y jugoso.
Ojeemos el Sumario del número 2, antes de entregarnos a la sugestiva atracción de lo escrito. Leamos: el articulo editorial lo firma el Abogado hellinero, Teniente de Alcalde Delegado de los Servicios Culturales, Manuel PRECIOSO GARCIA; es conciso, denso y ligeramente ornamentado el es tilo, con un matiz clasicista. Después: Ensayos, Poesías, Biografías, Varios.
Concurren veintiséis escritores, que despliegan características aptitudes mentales, de vocación o de profesionalismo diferentes: pactas, críticos, historiadores, economicistas.
Grabados numerosos, tirados sobre excelente couché, ilustran poesías y artículos.
La Revista MACANAZ asume una existencia editorial breve. sin embargo, ni la vida de una producción literaria ni la de un ser se cuenta por fracciones de tiempo, sino por intensidades.
Su edad es la pasión, la palpitación de esa existencia, corta o larga. Esta pasión intelectual se advierte en seguida y se manifiesta por la originalidad de las ideas, que es su fuerza, por el denso aparato de la curtiente ideológica
Una publicación, desde el primer número acusa un penoso síndrome de muerte o la vibración eufórica de la vitalidad del organismo que está marcado por una dilatada pervivencia,
Desde la plataforma de imparcialidad en que monto mis comentarios. debo rehusar la donación veleidosa del elogio, pero no debo rehuir mi aportación a un juicio justo, o sea no debo soslayar la concesión normal a la justicia.
El elogio a la Revista MACANAZ, desenvuelto por un profesional del periodismo, tiene el fundamento y el aplomo de poder dar razones de sus asertos desinteresados, y, desde luego, incluye la obligación de hacer resaltar el mérito de las personas que en HELLIN y en MADRID la animan y sostienen
Figura visible para nosotros en MADRID, es Enrique SERRANO. Por su proximidad oficial a los círculos gubernamentales y a la Universidad y sus diarios y directos contactos con los escritores de más relieve, lo situan en una posición decisivamente favorable para ser factor importantísimo en la Revista. Según nuestras noticias, MACANAZ, la gran Revista hellinera, fué' idea suya; y su realización debe mucho a éste joven profesor universitario, su entusiasmo, la consciencia de lo que ha de significar la Revista y su vitalidad meriodinal, auguran el éxito de tan noble empresa.
No se halla solo Enrique SERRANO.
Sostenido en HELLIN por las mejores personas de esa ciudad, alegre y dinámica, su esfuerzo es advertido con entera comprensión en su patria chica, tan fervorosamente sentida por todos los hellineros que he conocido, que, como está escrito en lejanas crónicas, son gentes alentadas e inteligentes.
Continuar en el juicio crítico de MACANAZ, y de la estructura mental y de corazón de los hellineros, a lo menos de los que conozco, me parece suficiente para nutrir un artículo, que, podía resultar interesante si supiera captar facetas de su carácter típico.
Prosperidad actual de HELLIN
HELLIN es una ciudad famosa en toda le región y, además, próspera. Pero cuando hablamos de prosperidad y de riqueza, la perspectiva mental se amplía y se dilata un poco el corazón por el asalto de una teoría de amor a la patria y a la humanidad.
Quisiéramos rescatarlas de los reducidos círculos en que se encuentran y la retienen, y la extenderíamos por ámbitos de generalidad.
Este planteamiento un poco desenfocado, plantaría problemas diferentes que no es del caso afrontar, pese a la generosidad cristiana y patriótica de su formulación
Vamos a aludir a los aspectos que la prosperidad tiene, cuando es fruto de la acción inteligente o cuando proviene: en forma de avalancha, súbita, inesperadamente, por alguna circunstancia que no es secuela de nuestro es fuerzo? sino de la sobrevaloración de algún producto, cuya causa es Absolutamente consecuencia de uno coyuntura de los mercados y de la industria extranjeros
También, el descubrimiento de metal amarillo, o de una región abierta al tráfico mundial, por necesidades no de ella, sino de relaciones extrañas, mundiales y fortuitas, que producen la emergencia no pensada de una prosperidad adventicia.
Es curioso estudiar las reacciones de los habitantes de las comarcas favorecidas por estas circunstancias, en los cuales no caben más que una actitud de asombro y aturdimiento, una vulgar codicia y un aprovechamiento sórdido, completamente falto de consciencia, o la tentativa de utilizar los períodos de prosperidad para aceptar una modificación en los antigüos hábitos de pereza intelectual, adquiriendo una consciencia de cultura que los haga aptos para ante cualquier contingencia adversa y demostrar que el origen de la prosperidad no consiste en una circunstancia ocasional, sino en ellos mismos.
A eso llamo adquirir una consciencia de cultura.
Al margen del mecanismo mercantil y de la técnica, actúan factores subjetivos, que no surgen de la más aparatosa riqueza, porque son de otra índole aunque otra cosa se crea.
La primera sugerencia que se me ocurre es que el patriotismo, sentimiento qué es como una religión, se decanta cuando se posee una consciencia de cultura, y, por el patriotismo comprenderemos lo que jamás sin este sentimiento asimilaríamos: o sea, en primer término, que prosperidad no compartida no puede llamarse prosperidad, sino detentación"
Sucede en estas preocupaciones lo que en la zona exclusivamente sentimental del amor, decía Madame de SEVIGNÉ, que: placer no compartida es placer muerto.
Se habla de la vertiginosa ampliación y crecimiento le las artes americanos, como ocasionadas meramente por factores técnicos.
Desconocen los que así hablan la actuación de elementos enérgicamente espirituales y hasta místicos insertos en las preocupaciones técnicas y operando en ellas y más fuertemente que ellas. Preocupaciones filosóficas y religiosas, hondas, sentidas y honradamente adquiridas, dirigiendo la actividad de sus hombres prominentes.
Existe en Norteamérica una mayor espiritualidad que la vulgar concepción gregaria de Europa le asigna.
No se admite que la técnica insuperable de Norteamérica o de Alemania, también, produjo el movimiento espiritualista en la gran nación norteamericana ni la religión del patriotismo, en el enorme país europeo, sino al contrario, la técnica y todo lo demás está construido por las inquietudes espirituales.
Unicamente los países de más acendrado movimiento intelectual, mantienen acorazados de cuarenta mil toneladas en la mar.
ESPAÑA sostiene una tradición de fino perfil cristiano y católico. Ese espíritu, superior al espíritu teutónico, por ejemplo, nunca podía decir, en labios de algunos de sus hombres más representativos, lo que formula SPLENGLER, que el hombre se prestigia por ser un animal de rapiña, o, con NIETSCHE, que el hombre para ser grande no le basta con disponer de un bien estructurado mecanisnio pensante, sino que debe unir a este privilegio cierta dureza y crueldad de los instintos.
La filiación exactamente católica, y, por tanto, más humana, del pensamiento español, puede hacer suyas las palabras de una personalidad de su raza, del pacta peruano José SANTOS CHOCANO, que es, cabalmente, como una réplica al filósofo germánico. O sea: que para ser grande no basta tener talento, sino que hay que ser, también, bueno.
Valores espirituales de la Revista MACANAZ
Parece notorio que MACANAZ tiende a llenar el período presente de HELLIN de una preocupación intelectual no exclusivamente literaria, por que ahora ideas provenientes de otras actividades y realizaciones que llenan de realidad la vida del hombre moderno, no se contentan con la creación de un tipo intelectual predominantemente literario. Pero trata de impregnar de contenido espiritual hasta la acción mercantil de un contenido perdurable frente a lo efímero de las emergencias económicas que no satisfacen la consciencia del hombre que llamó SPLENGLER, de las culturas elevadas.
No cabe término medio: o pertenecer a «las culturas elevadas>> o insertarse en la barbarie, o en la mediocridad, que se me figura más denigrante aún y que es un lugar equidistante de los dos tipos de civilización, o de modo de existir.
Los hellineros, alentados, inteligentes, deben a 106 hombres que hacen MACANAZ, atención y auxilio material y moral.
Se lo otorgan. En HELLIN, Manuel PRECIOSO, es un puntal básico de la Revista. Igualmente, el Alcalde de la Ciudad: simpatía, cultura, generosidad, don Francisco ALONSO SANTOS.
El joven y ya consagrado poeta en Madrid, Tomás PRECIADO. Y tantos otros. La Ciudad unánimemente representada por los hombres de ingenio y probidad que hoy, como en el pasado, ornamentan su mundo social.
En MADRID, acogieron los grupos selectos y atentos, a la Revista, valorando la intención que le anima, y, a través de MACANAZ, ESPAÑA aprenderá a conocer una de las comarcas señeras por su riqueza material, el espíritu emprendedor de sus hijos y la aportación valiosa, casi suntuaria, con que acomete las empresas espirituales para honra suya y de la Patria.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ignacio del Bosque ...una persona con quien gusta hablar



Ignacio Bosque Muñoz (1951-), lingüista y gramático español, nacido Isso perteneciente a una pedania de Hellín (Albacete).
Miembro de la Real Academia Española desde 1997, es catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid. Esta institución y la Universidad de Alicante le han distinguido con el título de doctor honoris causa.
Comenzó sus estudios en la Universidad de Alicante, en la que, a finales de la década de 1960, comenzaba un importante movimiento de renovación curricular y académica, con asignaturas tan novedosas en aquella época como la Filosofía del Lenguaje o la misma Lingüística General. Continuó su licenciatura en la Universidad Autónoma de Madrid, donde conoció a Fernando Lázaro Carreter, y completó su formación en Berkeley y en otras universidades norteamericanas y europeas, primero como alumno y más tarde como profesor visitante. Fue precisamente durante sus estudios en Estados Unidos cuando entró en contacto con el generativismo, aunque también investigó y trabajó en el campo de la gramática tradicional, compartiendo con Maite Rivero la dirección científica de la edición de la Gramática de Salvador Fernández Ramírez, iniciada en 1951, y que concluyó con el Archivo Gramatical de la Lengua Española.
Durante la década de 1970, coincidió en el departamento de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigido por Lázaro Carreter, con Violeta Demonte Barreto, con la que realizó una de las obras más importantes en lo que se refiere a gramática española: Gramática descriptiva de la lengua española (1999), llamada la “gramática del siglo” y primer recorrido sistemático por la sintaxis y la morfología de nuestra lengua, elaborado sobre una base bibliográfica de unas 4.500 obras. Obra básica de consulta, fue calificada por Lázaro Carreter en su preámbulo, como “la mayor empresa gramatical acometida en este siglo, llamada a tener una trascendencia enorme en nuestra cultura”.
Interesado desde siempre por las curiosas propiedades de ciertas palabras para combinarse, Ignacio Bosque dirigió a un numeroso equipo de especialistas en la elaboración de REDES. Diccionario combinatorio del español contemporáneo (2004), una obra en la que se muestra cómo se combinan las palabras y qué relación existe entre su significado y esas combinaciones.

Da gusto hablar con este hombre; verle reír por un hallazgo gramatical, por una sintaxis bien construida; feliz en medio de sus centenares de cartapacios ordenadísimos en un mundo, el de su despacho, al que él, sin embargo, atribuye un insoportable desorden. Un hombre feliz con las palabras, un hombre tranquilo que habla con la convicción de los apasionados. Ignacio Bosque.
Tiene 55 años, nació en un pueblecito cerca de Hellín, Isso (Albacete), porque su madre quiso tener en su sitio natal a los cinco hijos. Hace nada, en Cartagena de Indias, durante el Congreso de la Lengua donde se presentó la que va a ser la primera Gramática panhispánica de la lengua española (que él coordinó durante 10 años y que publicará Espasa), Bosque fue llamado "el mejor gramático de la lengua española", y de él todo el mundo que le conoce dice que es un sabio. Él desmiente enfáticamente los elogios y los atribuye a la amistad, y si es por eso debe de estar rodeado de amigos. Académico de la RAE desde 1997, catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense, discípulo (uno de los predilectos) de Fernando Lázaro Carreter, estudiante en Berkeley durante los años 1974-1975 -donde aprendió que saber es saber pensar-, toca con orgullo sus libros y sus proyectos, y habla de ellos con la satisfacción de un entomólogo que hubiera descubierto una mariposa dificilísima. Su estudio está insonorizado, acaso para que no entre la música atronadora que le gusta oír a su hija, pero también quizá para reproducir el silencio del que también disfruta en la Academia cuando busca, con otros, las soluciones para esa especie de arquitectura del lenguaje que es la gramática.
Quiso ser arquitecto, pero le fallaba el dibujo, y ahora, cuando ha pasado el tiempo, se ha dado cuenta de que quizá, en efecto, aquella vocación por construir sea como esta vocación por saber cómo construimos lo que decimos a diario. Fruto de esta pasión, entre otros, es Redes. Diccionario combinatorio práctico del español contemporáneo (SM), que él dirigió y en el que establece la relación que tienen las palabras entre sí como quien está relacionando a las personas entre ellas. Vive en Aravaca, un barrio de Madrid, y cuando entras en su casa sabes que lo haces en una especie de templo en el que él ejerce como un sabio (aunque no le guste que se le llame así) o como un monje de las palabras. Cuando te vas de allí, te sigue su risa, la satisfacción de vivir haciendo lo que le entusiasma.
Se le ve a usted tan feliz que lo es desde la infancia...
La verdad es que mi infancia fue muy feliz, en Alicante. Fui al colegio de los maristas, y tuve una buena educación. Hice el Bachillerato de ciencias. Me gustaba mucho la arquitectura, y me sigue gustando. Pero era muy malo en dibujo. Me gustaban los idiomas; llegué a creer que lo mío debía ser la filología moderna. Me llevó unos años darme cuenta de que mi propia lengua podía ser objeto de estudio.
¿Y cómo llega uno a esa conclusión?
Lleva tiempo. En los cursos comunes de filosofía y letras decidí estudiar filología hispánica, pero no sabía si haría o no investigación. No sé exactamente cómo ocurrió. Al principio no piensas que tu propia lengua pueda ser materia de investigación, quizá porque crees que el objeto de estudio debe ser siempre algo externo, algo ajeno. En Alicante no podía terminar la carrera, y me vine a Madrid, a la Autónoma. Allí fui alumno de Lázaro, mi maestro, que fue siempre para mí un estímulo extraordinario.
Y luego se fue a la Universidad de Berkeley, en California, un destino de entonces.
Fue gracias a Lázaro, que insistió para que me presentara a una beca de la Fundación March. Allí estudié con lingüistas de primera fila. He dado luego clases en Minnesota y en Ohio, pero es muy diferente ser alumno a ser profesor. La etapa de estudiante te cambia más profundamente, y a mí me cambió el tiempo que pasé en Berkeley. ¿Sabe usted lo que más me llamó la atención de esa etapa de estudiante?
No.
Que mis compañeros tenían verdadero entusiasmo por lo que hacían. La enseñanza en España era demasiado memorística. En EE UU me encontré con estudiantes que preguntaban todo el tiempo en las clases; los profesores ponían ejercicios muy creativos, para los que había que ejercitar la imaginación, hacer propuestas, argumentar, armar hipótesis, criticar, etcétera.
Acaso esa actitud de los estudiantes era un modo de ser de la sociedad...
Claro. El norteamericano medio está educado para ser creativo. El español está más educado para ser receptivo. Aquí percibimos quizá mejor el arte que allí. En Estados Unidos, la originalidad se valora muchísimo. Quizá excesivamente. Aquí uno escribe una tesis y la presenta como "una pequeña contribución" a su campo de estudio. Allí se supone que una tesis tiene que ser un descubrimiento, una propuesta innovadora, absolutamente original.
Y se vino con esa experiencia de entusiasmo a un país...
... en el que había muy poco de todo eso. Así es. Intenté aplicar las actitudes que había aprendido allí. Al principio resultó duro. Mis estudiantes esperaban que me limitara a "dar los apuntes". Los primeros años me tocaron grupos numerosos de alumnos vocingleros que tenían muy escaso interés por lo que estudiaban. Alguna vez me fui de clase dando un portazo. En fin, siempre he pensado que todos los profesores te enseñan algo, pero sólo unos pocos hacen que algo cambie en tu cabeza. Yo siempre he deseado estar en este segundo grupo. No sé si lo habré conseguido.
¿Cómo lo hace?
Para dar buenas clases no hay que estudiar muchos cursos de pedagogía. Es fundamental, por ejemplo, transmitir a los estudiantes la sensación de que ellos pueden descubrir algo.
Usted tuvo el estímulo de Lázaro.
Un gran estímulo. Me apoyó muchísimo. De hecho, si yo entré en la Academia fue porque él promovió mi candidatura, ya que yo no tenía particular interés en entrar en la RAE. Yo le decía: "Don Fernando, el tipo de lingüística que a mí me interesa no tiene nada que ver con la Academia". Pero él entendía que había que rejuvenecer la institución, que tenían que entrar profesores universitarios jóvenes.
¿Y qué lingüística es la que le interesa a usted?
Me atrae especialmente la relación entre el léxico y la sintaxis. Con Lázaro empecé a estudiar gramática generativa. Él fue el primer catedrático que la introdujo en España. En Estados Unidos amplié esos estudios, pero también estudié semántica, y algo de gramática del discurso y de pragmática.
Es curioso, la gente piensa que la gramática es una sola cosa, un libro de gramática. Y es como un árbol. O un bosque, si me permite el símil.
La gente tiene una visión muy restringida de la gramática. Y los periodistas, por cierto, a veces contribuyen a difundirla. Muchos piensan que hay un solo tipo de gramática: la normativa o prescriptiva, la que te dice lo que es correcto y lo que es incorrecto. Piensan que los lingüistas somos los policías del idioma. Es un error. Además de la gramática descriptiva, que no posee carga normativa, existe la gramática contrastiva, que se aplica fundamentalmente a la enseñanza del español como segunda lengua y a la traducción. A ella se añade la gramática teórica, que es muy importante en la universidad.
A usted, dar clases le permite seguir estudiando.
Sí, claro, sobre todo en los cursos de doctorado. Siempre he elegido en esos cursos temas monográficos aparentemente muy pequeños, lo que permite indagar en los detalles.
¿Qué temas pequeños, por ejemplo?
Por ejemplo, el subjuntivo. Claro, la gente dirá: ¿pero se puede hablar treinta o cuarenta horas del subjuntivo? Pues se puede, y hasta algunas más. Hace unos años di un curso sobre cuatro cuantificadores: mucho, poco, bastante y demasiado.
¡Sobre mucho, poco, bastante y demasiado! ¿Qué es lo que tendríamos que saber del subjuntivo en medio minuto?
El subjuntivo aporta unas veces matices mínimos en relación con el indicativo, pero otras veces introduce diferencias de significado muy marcadas. Se observa un matiz mínimo en: "No sabía que tocabas el clarinete" / "No sabía que tocaras el clarinete". Hay una diferencia, pero muy leve. Ahora, fíjese en este otro par: "No se casó con él porque estaba embarazada" / "No se casó con él porque estuviera embarazada". ¿Verdad que hay una gran diferencia?
¡Abismal!
Bueno, pues todo eso se explica con mucho detalle en las clases de gramática. No se trata de decir: aquí se usa el indicativo y aquí se usa el subjuntivo, sino de explicar la relación entre la forma y el sentido, y mejor si se hace en función de principios gramaticales que cumplan otros propósitos más generales. Quizá exagero, pero mi impresión es que la gramática se explica mal en el Bachillerato. Los estudiantes de gramática aprenden a etiquetar, no a analizar, a captar la relación que existe entre la forma y el sentido.
¿Y a usted le enseñaron bien la gramática?
En la Facultad me enseñaron lo fundamental. Empecé a estudiarla más a fondo cuando acabé la carrera.
Al menos le gustaría jugar con las palabras, combinarlas...
Siempre me gustaron los juegos de palabras, y me siguen gustando. En términos más profesionales, me atrae mucho el poder percibir algo interesante que puede estar oculto en frases que decimos todos los días. Estoy convencido de que en el trabajo científico es fundamental sorprenderse de lo cotidiano.
¿Se sigue sorprendiendo?
Absolutamente, todos los días. Pero lo cierto es que uno aprende a sorprenderse. Es preciso desarrollar un cierto instinto para que te llame la atención algo que has dicho u oído miles de veces. En realidad, el lenguaje no nos sorprende porque está muy cerca de nosotros. El análisis requiere distancia, pero el lenguaje lo lleva uno puesto; fíjese si lo tenemos cerca.
¿Y qué consecuencias tiene saber mal la gramática?
No es que se sepa mal la gramática. Lo que sucede es que hay personas que no muestran el menor interés por el idioma. Creen que la lengua es una institución externa, que los gramáticos imponen sus reglas a los hablantes como si fueran legisladores o como si los principios de la gramática fueran normas de tráfico o de derecho mercantil. Es una opinión extendidísima. Es una pena que sean tan pocos, proporcionalmente, los que comprenden que las palabras no son el envoltorio de las ideas, sino el material del que están hechas. Para el gramático, la lengua es esto y mucho más. Es una aventura, un territorio que nunca acaba de explorar, pero que cada día conoce un poco mejor.
Oyéndole daría la impresión de que la gramática es como la vida misma. Y como un 'puzzle'. Si una pieza se rompe, el resto se derrumba.
Así es. En muchas secuencias, quitas un artículo o una conjunción y el resultado no tiene sentido. Cada pieza de una oración simple cumple algún papel.
Usted se lleva hoy a los adultos españoles a los estadios que hay en el país, los examina de gramática y los suspende a todos.
No exagere. La verdad es que yo no sé ahora mismo cuál es el nivel medio en España en relación con el conocimiento de la gramática. Pero, como le decía, a mí me parece que antes que saberse de memoria etiquetas gramaticales hay que reflexionar sobre las palabras y sus matices, verlas como partes de uno mismo. Todos los escritores lo hacen, por cierto. Los escritores son atletas del idioma. El atleta no sabe por lo general qué es un bíceps, pero tiene bíceps, y bien desarrollados. Muchos escritores perciben los matices de la sintaxis o del léxico antes que los lingüistas, y lo he podido comprobar en la RAE. ¿Por qué? Porque tienen una sensibilidad especial.
Una profesión como la suya exige un grado de vocación casi monacal...
Depende de en qué proyecto estés trabajando. Si se refiere usted a este último, la Nueva gramática de la lengua española, es verdad que ha sido un proyecto muy intenso, una labor de 10 años que me ha tenido recluido mucho tiempo. Ha sido el más importante de todos los proyectos en los que he participado. También lo fue la Gramática descriptiva, que dirigí con Violeta Demonte.
¿Y se ha sentido un poco monje metido en esto?
Pues un poco sí. La verdad es que ha sido un proyecto difícil, pero muy ilusionante. La responsabilidad era tremenda. Afortunadamente, estábamos bien organizados. Tras unos tanteos, dimos al fin con una fórmula que nos permitió avanzar con seguridad. Hemos tenido un excelente grupo de asesores, académicos y no académicos, y un eficientísimo equipo de ayudantes que ha coordinado mi compañero Guillermo Rojo. Hemos contado además con todos los adelantos informáticos de que dispone la Academia. Pero lo más importante de todo ha sido la voluntad y el empeño, que compartíamos con todas las Academias americanas, de llevar adelante una descripción de la lengua de todos que presentara además las particularidades de cada área lingüística.
Han hecho ustedes más que muchos Gobiernos por juntar América Latina y España en un solo proyecto.
Eso decía un diplomático el día del acto de Medellín, cuando se aprobó la nueva gramática: "Yo nunca he visto que se levanten uno a uno los representantes de 22 países y digan sí a algo, a cualquier cosa". Aquel acto fue muy emotivo. Para mí en particular, porque he llevado la principal responsabilidad del proyecto. Y digo esto a la vez que reconozco que mi trabajo ha consistido sobre todo en poner en su lugar los ladrillos que me han proporcionado otras personas.
Los ladrillos, la arquitectura siempre...
Es que es un poco eso. El resultado del esfuerzo de muchos. Este proyecto muestra, desde la primera página hasta la última, que describimos el español común, no el español de España. Este solo hecho ya es una novedad. El hispanohablante medio no tiene conciencia de cuánto comparte con los demás hispanohablantes. Es algo muy evidente, pero casi nunca se resalta.
Nosotros los españoles hemos sido siempre un poco arrogantes con nuestro uso de la lengua. Sobre todo los de una zona de España, que creen que ése es el único español.
Sí, así es.
A los canarios se nos avergonzaba por no decir la zeta de zapato...
El escritor peruano Ricardo Palma vino a España y trató de convencer a la Academia de que añadiera al DRAE algunos peruanismos, pero no le hicieron caso. Fue a finales del siglo XIX. Pensaban, supongo, que el Diccionario debería recoger únicamente el español de aquí.
Eso ha cambiado.
Radicalmente. La política panhispánica de la Academia se basa precisamente en ese cambio. Esta gramática no es la primera obra que hacemos desde esa perspectiva. Es la sexta. Y en la próxima edición del Diccionario, ya aparecerán con la marca ES, de España, los términos que sólo se usan aquí.
Eso es un cambio político, también.
Sobre todo es un cambio lógico. Somos el 10% de los hispanohablantes del mundo. Las palabras y las construcciones que compartimos no son nuestras, son de todos.
¿Ese reconocimiento de América le ha cambiado?
En estos 10 años he aprendido mucho sobre el español de América. Cuando yo estudiaba en la Facultad, el español de América era una asignatura optativa. El español de España constituía el resto de la carrera. Se estudiaba, pues, como optativa la asignatura relativa al español del 90% de los hispanohablantes del mundo. Pero no nos dábamos cuenta. Y ahora, claro, lo veo como la cosa más natural del mundo. Hay ciertas actitudes que son evidentes, pero se precisan años para adquirirlas. Una colega mía uruguaya me contó una vez que hace ya mucho tiempo le dijeron en Andalucía: "Habla usted muy bien español, a pesar de ser extranjera". Hoy día, nadie diría algo así. La convivencia con hispanohablantes de otros acentos es cotidiana, y además existen la televisión y la radio.
¿Y qué ha aprendido usted mismo haciendo la gramática?
Mucho. Primero, sobre el español de América. Después, sobre la gramática en general, porque hemos tenido que organizar muchísimos materiales. Si se compara esta gramática con otras de la Academia, se ven muchas novedades, casi en cada página. La obra tendrá unas 2.400. A pesar de esta extensión, esta gramática se presenta como una síntesis, que quiere ser actual y equilibrada, de lo que hoy se sabe. La última gramática académica es de 1931, y la nuestra aparecerá el año que viene. Habrán pasado, pues, 77 años, que es mucho, muchísimo tiempo en cualquier disciplina.
¿Hay un error gramatical en el que incurrimos más?
Probablemente, los de concordancia, los anacolutos. En la lengua conversacional, los anacolutos son frecuentes. La cuestión es que cuando uno cambia de registro y pasa a la lengua escrita, no debería ser normal dejar frases inacabadas o cometer errores de concordancia.
Dijo de usted su colega mexicano José Moreno de Alba: "Es el mejor gramático de la lengua española". Y en privado y en público dicen que usted es un sabio. A los 55 años, ¿cómo recibe uno elogios así?
Son disparates. En España hay 10 o 12 profesionales de mi generación que tienen una experiencia similar a la mía. Me eligieron a mí para este proyecto porque era miembro de la RAE. No soy sabio, sino apasionado por mi trabajo. Se pueden descubrir cosas todos los días sobre nuestra lengua, y eso requiere cierto apasionamiento. Borges decía que no se puede ser poeta de nueve a dos y de cuatro a seis. Pues lingüista, tampoco.
Dicen que la gramática y la democracia se parecen. Si quitas un elemento, el edificio se cae. ¿Qué pilar no se puede quitar de la gramática? ¿El verbo?
No es tan simple. Las relaciones sintácticas son complejas. Unas relaciones gramaticales afectan a expresiones contiguas, pero otras no. Una palabra puede influir sobre otra que está a su lado, pero también sobre alguna situada a bastante distancia. A ver si puedo darle un ejemplo. Fíjese en esta frase: "Sólo tiene un amigo que sea verdaderamente inteligente". Si quitamos el adverbio solo no podríamos usar el subjuntivo sea. El subjuntivo está inducido por ese sólo, pero a cierta distancia.
¿Y cuando habla usted es consciente de la gramática que sabe?
Todos sabemos gramática, pero de manera inconsciente. Sin embargo, existe la deformación profesional, y hay que evitarla. Yo no lo he conseguido del todo, porque cuando alguien dice algo interesante gramaticalmente, me suena una especie de campanita. Tengo un amigo botánico al que le ocurre lo mismo: va andando, ve plantas, y no puede evitar fijarse en ellas.
Excepto cuando oye música.
Soy bastante melómano, es verdad. En casa siempre había música clásica. A mi padre le gustaban mucho los clásicos rusos. A mí me gusta más el barroco. La música se parece en algo a la gramática, puesto que con 12 notas se crean miles de melodías. Se parece bastante a lo que se consigue con el idioma, ¿verdad? Y no son 12, son unas cuantas decenas de miles de palabras. La verdad es que en la Academia no hablamos sólo de palabras. Hablamos de música y de muchas otras cosas.
Un club de intereses diversos.
Sí. La Academia ha sido muy importante para mí por muchas razones. Me ha permitido conocer a personas excepcionales. Yo siempre digo que es la única escuela en la que los maestros son los compañeros. Un verdadero privilegio.
¿Y qué es un maestro?
Personas destacadísimas en sus diversos campos. Personas reconocidas.
Usted es un maestro.
No. Yo no me considero un maestro, yo me considero, como le decía antes, un...
...un entusiasta.
Sí, eso es. Un apasionado.
¿Cómo se aplica todo lo que sabe a la vida que hay fuera del estudio? Se tiende a pensar que los sabios viven en una torre de marfil...
¡Que no soy sabio! Lo que sucede es que me interesa mi trabajo. Pertenezco al grupo de personas que llevan puesto el trabajo porque no lo dejan sobre la mesa al salir de la oficina. Hay matemáticos, biólogos, químicos o filólogos que tienen un problema al que siguen dando vueltas cuando dejan el despacho y llegan a casa. Yo pertenezco a ese grupo, pero ésa es la situación normal en el mundo de la ciencia. Por otra parte, yo creo mucho en la inspiración.
Pero ha de hallarte trabajando...
... como decía Picasso. Este tipo de trabajo se hace por vocación o no se puede hacer. No es un trabajo burocrático o administrativo.
Usted es de una generación que entra de lleno en la transición: se está muriendo Franco, y de pronto empieza una nueva vida. ¿Y el porvenir? ¿Cómo lo ve?
Soy bastante optimista. Tenemos que mejorar en la educación, en ayudas a la investigación; las universidades están demasiado burocratizadas y hay demasiada endogamia. En el campo de las humanidades, todavía nos falta un poco para llegar a niveles internacionales.
¿A usted le ha cambiado saber más?
Aprender siempre ayuda a relativizar las cosas. Además, uno cambia porque no deja de aprender. Los lingüistas hurgamos en las palabras, y tenemos lupas que nos permiten analizar de cerca las mismas palabras que usamos todos.
Lo cierto es que este trabajo le da a usted mucha felicidad.
Todo trabajo en el que se puede descubrir algo proporciona cierta felicidad.
¿Esa lógica la aplica a la vida?
Bueno, en la vida no todo es descubrir, pero es importante hurgar. En los 10 últimos años no he hecho prácticamente nada fuera de este proyecto. Pronto tendré un año sabático en el que procuraré descansar, pero también explorar otras cosas. El enriquecimiento personal se logra a través de estímulos diferentes, y yo los quiero seguir buscando. Leer, pasear, escuchar música, ver cine, escribir sobre otros asuntos. Estoy deseando que se publique la nueva gramática para empezar a hacer cosas diferentes.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Antonio Millán Pallarés ...fue pregonero de la Semana Santa de 1963

Como dije en otro de los artículos , tuve el placer de conocer a esta persona cuando yo todavia era niño, uno de los que me acosejaron que nunca dejara de escribir , fuese como fuese y pasara lo que pasara.


Mirando en su despacho él encontro un libreto que publico, sobre el pregón que había realizado en el 6 de abril del 1963.


Lo que si me sorpredío mucho que a mí me regalara un ejemplar de ese escrito ,con la introducción de otro hellinero Tomás Preciado Ibañez ,ese escrito hoy reproducco para que ustedes lo lean :









ANTONIO MILLÁN PALLARÉS PREGÓN DE SEMANA SANTA

HELLÍN, 1963


Pórtico


El Sábado de Pasión, día 6 de abril del año 1963, salía a las antenas de Radio Hellín un nuevo Pregón de Semana Santa. Esta vez original de nuestro paisano D. Antonio Millán Pallarés, persona conocida en la ciudad por el entronque a ella de su estirpe y, sobre todo, por su acendrado amor hacia todas sus cosas.Ya en este Pregón dice que ama a nuestra Semana Santa, y la canta, porque es la suya. Y efectivamente, este amor lo tiene demostrado con largueza. Los tornos de las monjas de clausura podrían hablarnos de él.
Nadie con más cariño ha conservado notables documentales históricos y fotográficos de Hellín. Expuestos quedaron a la admiración de los ciudadanos en diferentes ocasiones importantes. Los primeros, entre otros momentos notables, en la exposición de manuscritos que se celebró en Hellín, y en la Casa de la Cultura de Albacete, con motivo del Centenario de don Rafael Melchor de Macanaz, Ministro de Felipe V; y las segundas, con diferentes motivos de buen gusto, en los escaparates de Rolmi. Despertaron el asombro y la administración de la ciudad.Y no es esto todo, con ser mucho. A sus méritos como centinela fiel de estos archivos literario-fotográficos, une también los conseguidos por su condición de escritor. Escritor claro, preciso, dueño de una castellanísima prosa, que puede parangonarse, sin desdoro, con muchas de las buenas plumas ibéricas. El arte de escribir no ha de juzgarse por la cantidad sino por la calidad. A Jorge Manrique, por ejemplo, le bastaron las coplas a la muerte de su padre para ser inmortal. Aunque no haya dedicado sus desvelos a un profesionalismo literario, ha sabido coger la pluma con la mayor dignidad y, desde luego, con plenitud de conciencia en su hacer literario.
Me pide -¡pobre de mí!- que avale la publicación de su Pregón con unas cuartillas mías. No puedo negarme, pese a lo escaso en méritos que me hallo, a cumplir este cometido, pues considero tiene plena solvencia literaria. Y todo el que ama y trata de exaltar los valores espirituales y materiales de Hellín merece mi simpatía. Todo lo que sobre Hellín se escribe con amor y conocimiento debiera publicarse, para salvarlo del olvido.Sobre el Pregón, nada diré. Sería como descubrir el argumento de una película que vamos a contemplar. Sobre el autor, sí: Diré, repito, de su amor a Hellín; de su entrega a la custodia de la documentación donde podemos beber las mejores fuentes de la historia local, de su ayuda y esfuerzos en todo lo que redunda en prestigios de la ciudad (véase Semana Santa, la Virgen del Dolor).
Con esto, que no es poco, basta. Ahora, lector amigo, entra en la lectura del Pregón. Pronto oirás, a través de su bien medida y meditada prosa, el ruido de los tambores hellineros, los clarines y timbales, la unción religiosa de la procesión del Silencio, las plegarias, la cera derretida de los cirios, el velo morado de la culminación cuaresmal. Pasarás un rato como inmerso en nuestra Semana de Pasión, tan personal, tan íntima para todos los que amamos este Hellín de nuestros pecados.Pero callo definitivamente. Un hellinero os va a hablar. Que se haga el silencio en vuestras almas. Leedlo, oídlo. Yo, hago mutis por el foro. Parece como si me hablara en este momento nuestro Premio Nobel, Juan Ramón Jiménez, con aquellos inolvidables versos suyos:¡No lo toques ya más, que así es la Rosa!

Tomás PRECIADO


Fue leído este “Pregón” el 6 de abril de 1963. De entonces acá ha cambiado el mundo más que antes en milenios. Cosas que creíamos inmutables variaron; ritos y costumbres que permanecieron durante siglos, han variado. Todo parece convidar a una revisión de datos y conceptos. Fue casi improvisado, pero prefiero dejarlo así, tal y como le leí en Radio Hellín aquella noche. No quito ni pongo nada. Faltan en él acopio de datos, sobra cariño.
Durante años hice cuanto pude y supe por la Semana Santa de mi pueblo y ojalá que este “Pregón” alumbre y estimule en los jóvenes la ilusión que yo tuve y tengo por la Semana Santa.La tradición no es cosa muerta, algo inmutable. En esencia es algo fijo pero el tiempo la moldea. Manos y mentes jóvenes necesita nuestra Semana Santa. Nosotros recogimos una herencia y hace falta que otros nos suceden para que no se pierda ni muera.

“Mí Pregón” Dice así:

Nunca me vi empresa como la de hoy. Año tras año habéis oído el pregón de Semana Santa a personas sobresalientes ya en el ámbito nacional, ya en el local, pero, siempre, destacadas por títulos que ponían de relieve sus merecimientos. Yo vengo pobre de ideas y pobre de tiempo. Hace muy poco que se me encomendó esta misión y sólo me será permitido derrochar entusiasmo. Así pues, lo que falte al pregón en altura de conceptos, en galanura de estilo, en datos eruditos habrá de suplirlo con creces el entusiasmo y el cariño que al pronunciarlo pongo.
Amo la Semana Santa de Hellín y la amo por una razón muy simple: porque es la mía. No la comparo con ninguna otra ni me paro a pensar si es mejor o peor que otra cualquiera. La amo porque es la mía; míos son sus ruidos, sus silencios, su cielo. Mías son sus calles, sus templos y sus imágenes. Mío es todo lo que la envuelve. No tengo otra razón, mayor para amar a la Semana Santa de Hellín sobre todas las otras sin o está: porque es la mía.
Y de esta Semana Santa tan entrañablemente mía y tan entrañablemente querida he de ser el pregonero. El amor a lo mío me redimirá de las faltas. Nuestro paisano D. Cristóbal Lozano habla en uno de sus libros con tan desmedidos elogios de Hellín que no tiene más remedio que pedir disculpa diciendo al final: “perdóneseme el afecto a la patria”. Por ese mismo afecto tan desmesurado a la patria pido yo disculpa desde ahora por si no encontráis en este pregón lo que sin duda estáis esperando.
Pregonar es hacer pública una cosa para que llegue a conocimiento de todos. Y según esto parece fuera de lugar el querer hoy publicar lo que ya es público y notorio. Lo que aquí se diga no será cosa nueva, pero hay que hacerlo y cuando hay amor suenan siempre a cosa nueva los piropos que se dicen y que por sabidos debieran callarse.Son los días de Semana Santa los días más llenos del año. Al poner la nueva ordenación litúrgica las cosas en su sitio y celebrarse ahora los divinos oficios casi a las mismas horas en que sucedieron los hechos que conmemoran, nos damos cuenta más cabal y exacta del desarrollo histórico del drama de la Pasión. Con poco esfuerzo de nuestra parte podemos sentirnos no sólo testigos sino casi actores. Bien saben esto los que asisten a las ceremonias litúrgicas. Pero para todos hay una como representación abreviada y diríamos popular del gran drama. Las procesiones de Semana Santa podemos considerarlas, si las miramos un poco superficialmente, como esos libros llenos de dibujos que ponemos en manos de los niños para que aprendan a leer sin fatiga y como jugando. Es un modo fácil de sentir y seguir a Cristo en su pasión y muerte.Una nota distingue y caracteriza nuestra Semana Santa. Son los tambores. Yo no creo que esta costumbre tuviera orígenes legendarios.
En muchos lugares se toca el tambor y sería curioso un intercambio de consultas para estudiar el origen y la evolución en el tiempo de esta costumbre. Hay sitios en que se toca incluso de una manera más estrepitosa que en Hellín. Se toca el tambor y mucho en algún pueblo de Andalucía, Baena por ejemplo; en otros pueblos de nuestra provincia, en localidades de Murcia como Moratalla y si no alejamos más, encontramos tambores en pueblos de Aragón como Híjar y Alcañiz, entre otros. En Híjar son particularmente impresionantes su número y su ruido. Tienen sin embargo una severa disciplina. Nadie toca el tambor hasta la media noche del Jueves Santo. Los tamborileros están repartidos por el pueblo y la señal la da el alcalde levantando el bastón de mando y fijos los ojos en el reloj para que el principio coincida exactamente con las doce. Es lo que se llama “romper la hora”. Entonces, de todos los rincones de Híjar sube un atronador repiqueteo de palillos sobre los parches de tambores y bombos. La información que poseo habla de trepidar de cristales y hasta la rotura de los mismos por el estrépito. No cesan ya hasta el toque de Gloria, pero nota característica es que el estruendo está íntimamente ligado a los actos religiosos y cesa cuando empiezan éstos y se reanudan al acabar. Acompañan también a las imágenes en las procesiones y lo que a mi juicio avalora más su actuación como complemento de los actos religiosos y litúrgicos es que el tocar el tambor hasta la extenuación tiene un carácter penitencial y dicen los datos que poseo, que los tamborileros ni comen ni beben y los cafés y bares permanecen cerrados.
Algo así debieron de ser nuestros tamborileros primitivos. Siempre he asociado las procesiones de Semana Santa con San Vicente Ferrer. Sabido es que en su continuo peregrinar por los reinos de España y por la mayor parte de Europa iba acompañado por las “compañías de disciplinantes” y como valenciano, no faltaban músicos y cantores, Le seguían verdaderas muchedumbres que tan olvidadas iban de sí que consta documentalmente, que muchos ayuntamientos votaban cantidades para dar comida y vestido a los que lo habían dejado todo por seguir al santo. Su presencia en los pueblos debía de producir verdaderas revoluciones religiosas y las procesiones que se organizaban, las músicas y las disciplinas sangrantes debían quedar impresas en los moradores y reproducidas después de la marcha del santo. San Vicente estuvo en Hellín cuatro días en abril de 1411 según asegura su biógrafo, el francés P Fage, quien da también el tema de los sermones: “fustigó mucho a las brujas y adivinos que pululaban por el país”. Abona más en mi opinión el hecho de que durante siglos fue la cofradía de Nuestra Señora del Rosario la organizadora de las procesiones de Semana Santa. Esta cofradía dependía en lo espiritual del convento dominico de Chinchilla en donde dejó muy honda huella el paso de San Vicente Ferrer.
Sin duda os cansan estas divagaciones, pero yo tengo interés en que los tamborileros se sientan más íntimamente unidos a las solemnidades de la Semana Santa y no solamente como una nota curiosa de ella. Con su tambor y su ruido son algo muy principal en nuestra Semana Santa y se corre el peligro de que se crean algo aparte y ajeno a las procesiones y a las solemnidades litúrgicas. El tamborilero de Hellín es por tradición o costumbre muy individualista y, sin perder ese carácter, debe de sentirse más íntimamente ligado a todo y a todos. El redoble de su tambor debe ser una nota más en la gran sinfonía de los días santos. Esa sinfonía está llena de luz y vida y para que sea perfecta, debe todo de andar acorde. ¡Qué gran papel juega en la Semana Santa de Hellín el tamborilero que cumple bien su cometido! El cine nos ha hecho familiar lo que llamamos música de fondo. No es algo postizo o de relleno; algo que se intercala entre dos escenas o imágenes. Es algo más. La música de fondo da relieve a muchas escenas y hasta la hay de tan extraordinaria importancia que cesa la palabra y esa música viene a primer término y se hace protagonista principal. Los tambores deben ser esa música de fondo de la Semana Santa hellinera. Podemos imaginar su ruido como el clamor de la naturaleza cuando su creador muere.Una saeta popular canta:
Se cubrió el cielo de nubes,perdió sus rayos el sol,y se estremeció la tierraal morir el Redentor.

Las personas pueden llorar pero también deben llorar las piedras y los árboles, el sol y la luna, las estrellas y las nubes. El poeta pedía a los hombres que lloraran la muerte de Cristo, “pues todos en Él pusisteis vuestras manos” y al llanto de los hombres, ha de acompañar el llanto de las cosas que salieron de la omnipotencia de Dios en el primer capítulo del Génesis.Por eso, el redoble del tambor puede ser el eco de la peña que se rompe; del árbol que gime; del viento, de la lluvia; del cielo que se tambalea cuando clavado en la cruz muere en la cumbre del Calvario el autor de la vida y vientos contrarios de odios y amores mueven como bandera desplegada el árbol de la cruz.Por eso hemos de repetir que el tamborilero que cumple bien su cometido juega un papel muy importante en nuestra Semana Santa. Hemos ganado mucho y ya se ven menos aquellos tamborileros andrajosos y borrachos que ponían una nota triste y desagradable de carnavalada barata. Ciertamente hemos ganado mucho y con ello quien gana y aumenta es la maravillosa belleza que invade Hellín en los días santos.
Hellín improvisa cada año su Semana Santa. Yo no sé qué ángel velará por nosotros porque lo cierto es que cada año se renueva el milagro, que milagro y no pequeño es el que todo salga bien. Parece como si jugáramos a la quiniela de organizar las procesiones y acertáramos siempre. Mejor sería un trabajo más constante durante todo el año pero somos así y hasta ahora todo nos ha salido bien. Ante había poco que hacer para organizarlo todo. El Domingo de Ramos se sacaban los “pasos” de sus nichos, se les quitaba el polvo, se les ponía las cuatro flores de trapo de siempre y ya estaba todo listo. Generaciones enteras pasaban sin que durante su existencia vieran innovación alguna. Los cultos cuaresmales tan exactamente iguales siempre; la vida más hogareña y muchas circunstancias hacían que fuéramos preparándonos con más tiempo y calma para la Semana Santa. Hoy ha cambiado todo. Sólo subsiste una indiferencia grande en la mayoría. Hay quienes no tienen más trabajo que buscar un buen sitio para ver la procesión y levantarse cuando pasa la Virgen de los Dolores. Y éstos son los que más exigen: les parece que son pocas las bandas de música, que falta orden o puntualidad y que los tronos van pobres de flor. No se preocupan ni les interesa el pertenecer a alguna Hermandad y haber contribuido con dinero o trabajo al mayor esplendor de aquello que critican.Pero no importa, este año como todos, se repetirá el milagro de una nueva y maravillosa improvisación. De nuevo Hellín se convertirá en el escenario del gran drama que cambió el mundo y la historia.Ya llega la Semana Santa. Cerrad los ojos e imaginad conmigo que pasa la procesión. Yo quisiera inculcaros el amor al detalle. Todos los años no pueden haber grandes novedades, pero, un pliegue nuevo en el manto, un cambio en la postura de las manos, cualquier nota en el arreglo del trono puede ser el resultado y el triunfo de muchas horas de preocupación y de muchos sacrificios. Si os fijáis en detalles acabareis encariñándoos porque sabréis valorar lo que cada cosa representa y será un estímulo para que cada vez se intente una nueva y mayor superación.
Las procesiones no son simples desfiles. Si eso fuera valdría más el suprimirlos. Tiene un fin determinado que es, en este caso, el excitar al pueblo a la devoción. Son también como un complemento a la liturgia. Los sagrados oficios de estos días o acciones litúrgicas como los llama la nueva ordenación nos hacen ver con realismo palpable los grandes misterios de la Pasión de Cristo. Su triunfo el Domingo de Ramos y la veleidad de la muchedumbre que una veces aclama y al momento olvida e injuria; las escenas de honda ternura de la tarde del Jueves Santo en donde loco amor se da en comida; la escenificación grandiosa, superior a todo drama humano, que es el canto del “passio” en los oficios del Viernes Santo con unas ceremonias tan antiguas e impresionantes que nos llevan hasta los siglos primeros de la Iglesia en medio de ritos milenarios que presenciaron los que tal vez llegaron a conocer a los testigos del drama del Calvario. Para mí nada hay comparable a la primera parte de la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo: el avanzar la luz rompiendo las tinieblas del templo iluminándolo todo con su claridad como un anticipo de la resurrección cercana y escuchar después el canto jubiloso de la Angélica tan llena de sublime lirismo.Pero todo esto es en el interior de los templos y como es tan grande lo que se conmemora, se desborda la liturgia y sale a la calle. El arte, la luz, la riqueza, los cirios que se consumen en sí mismos como muestra de nuestro propio sacrificio, todo contribuye a meternos por ojos y oídos la gran lección y llenarnos el alma con la conmemoración de la Pasión de Cristo y su triunfo sobre la muerte y el pecado. Cada uno puede meditar al ver la procesión en aquello que más acorde esté con sus sentimientos o inclinaciones, según su particular devoción. Para unos será la Verónica, mejor valiente que no teme risas ni críticas; o la Magdalena, que compra su perdón con un amor sin límites; o Juan, lleno de juvenil entrega y siempre fiel. Quién preferirá a Cristo atadas las manos, azotado y maltrecho o con los brazos abiertos en cruz dispuesto para el abrazo. Y yo no sé por qué, pero los más parece que prefieren a la Virgen. Dios sabrá los motivos. ¡Para cuántos hellineros será la Virgen bañada de luz en lo alto del Calvario la última imagen que retratarán sus ojos en el momento supremo de la agonía! No debemos ahondar en el por qué de muchas cosas. La Virgen de los Dolores ha facilitado el camino de muchas conversiones. Pertenece esto a los secretos caminos de la providencia que puso en el cielo la estrella polar para guía del navegante y pone en el camino de los hombres hitos que enderezan desvíos y torpezas. Cuando al parecer nada pudo lograr la locura de la Cruz lo pudo con una lágrima la Virgen de los Dolores.Vamos llegando al final. Si duda esperaban muchos que describiera una por una las procesiones; que dijera cómo es cada uno de los pasos; que hablara del Calvario, de la procesión del Entierro, que contara anécdotas o datos históricos desconocidos y olvidados. Todo eso lo sabéis y lo habéis oído contar mejor que yo pudiera hacerlo. Y hablar del mojete, de las empanadas, de la cueva de la arena, está bien para otro lugar; aquí sería empequeñecer algo que tiene límites inmensos. Que cambió el curso del tiempo y de la historia; que partió en dos la vida de la humanidad.




Entramos en la Semana Santa. Yo quisiera que ninguno permaneciera impasible y ajeno, Debemos sentirla de veras y en lo humano y como hellineros debemos trabajar de verdad. Necesita la colaboración de todos y el esfuerzo individual y colectivo. Ser de Hellín y no pertenecer a alguna hermandad pasionaria es ser a medias hellinero. Mi admiración sin límites para esos héroes anónimos que son los verdaderos artífices de la Semana Santa. Yo conozco sus nombres y los he visto limpiar el polvo, arreglar tornillos, robar horas al descanso para que nada falte. Ellos saben poner paz entre los elementos díscolos, multiplican con su entusiasmo los pobres recursos de la menguada economía de la Hermandad. Para ellos mi admiración y mi estímulo.


Tampoco puedo olvidar a otros que llevo muy cerca del corazón. Mi recuerdo y mi afecto a los que bordan la filigrana de mecer el trono de la Virgen del Dolor en la noche de Jueves Santo. ¡Qué entrañablemente sentirán la Semana Santa para llevar a la Virgen como la llevan! YO creo que no son ellos los que llevan a la Virgen, sino Ella la que los lleva a ellos.Van abajo, entre los faldones de terciopelo del trono. Nadie los ve ni piensa en ellos, pero son los que dan vida a los movimientos del “paso”. La Virgen camina la verdad y ellos son los pies. Pasos menudos como los daría la Virgen, porque la estrechez no les permite caminar más aprisa. Van prisioneros en lugar estrecho y el caminar de cada uno ha de sujetarse al caminar de los otros. Pero con el latir de sus corazones dan vida al parpadeo de la cera y el movimiento rítmico del palio refleja la armonía con que allá abajo se mueven los costaleros.
La Virgen va levantando murmullos de emoción y son los costaleros los artífices principales de la maravilla. El andar humano de la Virgen del Dolor es obra de ellos, vuestra ¡costaleros de la Virgen! Vosotros renunciáis a toda gloria para que el triunfo sea de Ella solamente. Vais ocultos en la “bodega” del “paso” y nadie os ve, pero os ve la Virgen. Su andar humano es vuestro andar. Vosotros dais una temblorosa armonía a los varales, a los claveles y a los flecos de oro con la vibración de vuestra sangre, con vuestro aliento, con el latir cansado del corazón. Formáis un todo con el “paso” y todo el temblor de vuestro cuerpo se comunica a los varales, a los cirios y a la misma imagen. Es vuestro sudor el que da calor a la llama de las velas –llamas de oro, rojas de llorar -, y como su parpadeo da vida a las lágrimas de cristal de la Virgen, sois vosotros los que hacéis el milagro de que llore de verdad y mueva los corazones cuando pasa. ¡Ya veis, costaleros de la Virgen del Dolor la parte que tenéis en sus milagros! Cuando al terminar la procesión salgáis de vuestro encierro y miréis a la Virgen que aún parece tener húmedas las lágrimas, decidle que, pues habéis sido costaleros suyos, se Ella la que os lleve el resto del año y siempre.
¿Y que diremos más cara a la Semana Santa? Para no desentonar en el cuadro de belleza suma, cada uno debe ocupar su puesto y cumplir bien su papel. Unos en las filas, con orden, en silencio. Los demás en balcones y aceras con los ojos abiertos a la gran lección que ante ellos se explica llenando los sentidos y el alma con la contemplación de los grandes Misterios.Los tamborileros redoblando más y mejor cuando más y mejor sea necesario su redoble y callando cuando el momento necesite la elocuencia soberana del silencio. Como hellineros debemos volcarnos y hacer que la Semana Santa sea nuestro orgullo y el de Hellín y que su celebración nos aproveche un poquitín, al menos, en nuestro caminar por la vida. Dejar abierta el alma para que se obre el milagro sin preocuparnos del cuándo ni el cómo. Un personaje de una de las novelas de Palacio Valdés al ver a Cristo que pasa con la cruz a cuestas, le dice con acento salido del corazón: ¡Señor, voy lejos, pero te digo! Nosotros debemos también de seguirle de cerca o de lejos, según las fuerzas y repetir con el poeta que tradujo así, en la más sonora y alta lírica castellana aquel anhelo del De profundis:
_Yo, Señor, en ti espero,y esperando le digo al alma míaque más esperar quiero:y espero todavía,que es tu ley responder al que confía.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Fray Fermín Por :La Portalí


"Te trasladan, a mi me llevan al sitio de uno y traen uno al sitio que yo dejo, y no hay más, no puedes decir que no. Nosotros estamos como la Guardia Civil."
Manuel Ramos Mocillo, fray Fermín. 79 años. Franciscano, con casi cuarenta años en el convento de Hellín, que se cierra por segunda vez.

Queríamos hacer un número de homenaje a los Franciscanos, que nos dejaron el mes pasado, con la esperanza de que algún día vuelvan con renovado espíritu a acompañarnos. La casa cierra pero la iglesia mantendrá su actividad, celebrando desde ahora una misa a la semana, los sábados por la tarde.
Nuestro buen Emiliano vuelve a hacer de Celestino y nos concierta una cita con fray Fermín, último miembro de la comunidad franciscana que queda en Hellín. Quedamos pocos días antes de que se cierre la casa. Fray Fermín es un franciscano; es decir, sencillo y humilde. Durante casi cuarenta años, que se dicen pronto, ha estado en la casa de Hellín, encargándose entre otras cosas de las compras y los recados. Eso ha hecho de fray Fermín, si bien no un personaje público, si la imagen más pública de los franciscanos hellineros.
Tengo que reconocer que yo no conocía personalmente a fray Fermín, desde siempre en mi parecer la figura abierta y hellinerísima del padre Carrillo representaba en su totalidad al resto de miembros de la Orden, también habrá un hueco en este número para él. Sin embargo, cuando nos preguntaban quién iba a ser el entrevistado del siguiente número y respondíamos que sería fray Fermín, nos sorprendíamos de lo conocido y apreciado que es; es más, me atrevería a decirle a fray Fermín, quien dentro de su humildad no lo llega a pensar, que él mismo se sorprendería de lo apreciado que es en Hellín.
Se acaba la entrevista, me despido de fray Fermín y tras de mí se cierra una puerta de la historia de nuestro pueblo. Ya se cerró una vez y regresaron, esperemos que esta sea vez sea una tregua no una despedida. Tras la puerta dejamos a fray Fermín, agradecido a Hellín y a su vez dolido por su marcha.
Ahora te hablo a tí, fray Fermín; durante la entrevista dejaste asomar alguna lágrima al hablar de nuestro pueblo y tus conocidos, yo te aseguro, que nuestro pueblo y tus conocidos habrán dejado caer alguna lágrima el día que la puerta del convento de los franciscanos de Hellín se cerrara por última vez dejándote esta vez al otro lado. Te deseo suerte, en tu nueva comunidad de Murcia.

- Fray Fermín, ¿qué es lo primero que recuerda de la Semana Santa de Hellín?
Recordar… no tengo ningún recuerdo que pudiera decir que sea el primero. Los días de Semana Santa me recojo mucho en la iglesia. Recuerdo que me impresionaron los tambores, como no los había oído nunca me llamaron la atención. Pero el Viernes Santo los vi con las túnicas sucias, otro con una jaula con un conejo… si eso es ridículo. No me gustó que fuera Viernes Santo y viera a alguno bebido, otros echándose vino con la bota… tiene poco de Semana Santa y poco respeto al día que es.
- ¿No ve las procesiones?
Las procesiones solamente las he visto enteras dos veces, el resto de años no he visto más que algún trozo; no me llenan a mi las procesiones. Y ahora cada vez menos, porque en muchos casos parece más un folclore que un acto penitencial.
- A su entender, como hombre religioso que es, ¿qué les faltaría a nuestras procesiones?
Les falta más espiritualidad. Por ejemplo, en mi pueblo también hay procesiones en Semana Santa, no son como las de aquí, pero las hay bonitas también, y allí todos los hermanos de las cofradías respetan el precepto pascual; incluso en mi pueblo, si alguien pertenece al Corpus y no cumple con el precepto lo expulsan, que tampoco me parece bien eso, pero demuestra que es un acto que se hace con fe y a conciencia. En Hellín, ¿cuántos de los que pertenecen a las cofradías, o de los que ostentan cargos importantes en las cofradías, respetan el precepto pascual? No es más que comulgar y confesarse los días de pascua, y apostaría que ninguno lo cumple. Yo lo veo aquí, cuando han dicho la misa anual de alguna de las imágenes que hay aquí guardadas, a ver cuántos han ido a comulgar ese día, el de la misa de su imagen... pues ni mucho menos para prepararse para la Semana Santa. Si falta la fe y la espiritualidad sólo queda el aparentar, el que te vean con la túnica. A mí ver eso no me gusta, porque no se hace con la fe con la que tendría que hacerse.
- Teniendo en cuenta que las procesiones son manifestaciones religiosas, algo de razón puede llevar...
Es como la declaración de Interés Internacional, a nivel espiritual ¿para qué sirve? ¿Para hacer mejor hecho el acto de penitencia de las procesiones o para que venga más gente y sacar más perras? Si es por lo segundo no es una procesión, es folclore.
- Y la tamborada, ¿le gusta?
No me gusta del todo. Me gusta mucho una banda de tambores y cornetas, tocando bien tocado. Pero toda la gente dándole al tambor… nunca me han gustado mucho, ni cuando era más joven.
LOS AÑOS EN HELLIN
- Pues para haber pasado tantos años en Hellín, parece que sus tradiciones no le han calado del todo...
No mucho, pero le tengo mucho cariño al pueblo y a la gente buena con la que he tratado, que han tenido conmigo siempre muchas atenciones. El otro día me hizo un homenaje la Cofradía de la Inmaculada y les estoy muy agradecido, fueron representantes de todas las cofradías. Siempre me he llevado bien con la gente de Hellín, que he tratado a pocos, es cierto, pero los que he tratado han sido buenos conmigo en todo momento. Con los de las cofradías igual, siempre he estado a su disposición para lo que me han pedido.
- Por lo que veo sus función en la casa de Hellín le ha permitido rozarse con los hellineros.
Pues claro que me he rozado, pero yo tengo el defecto de ser poco comunicativo. A mi me han invitado a comer fuera de casa y no he ido nunca, soy un poco retraído. Los propios padres muchas veces me han dicho “pues vente con nosotros”, pero yo no me he ido, yo prefiero tomarme en mi casa un tomate y una sardina antes que salir fuera. Sin embargo a las labores de la casa sí salía y sigo saliendo todos los días: a hacer los recados y a la tienda a comprar...
- ¿Quien se ocupa de las tareas de la casa?
Antes nosotros hacíamos todo, ahora, como íbamos escaseando teníamos ayuda. Por ejemplo, cada uno tiene que limpiarse su habitación y los sitios más íntimos también los limpiamos nosotros, sin embargo para limpiar la iglesia y los sitios comunes ayuda una mujer. Lo mismo que lavar la ropa; antiguamente había un fraile que se encargaba de lavar la ropa, y ahora ya la misma señora que viene a limpiar hace la ropa.
- ¿Ha notado alguna vez que la gente de la calle lo ha tratado diferente por su condición de religioso?
Hay de todo, pero el resumen es que la gente ha tenido siempre consideración conmigo, me han respetado. Una cosa importante es que ahora ya no llevamos hábito; yo, desde que estoy aquí sólo he salido con el hábito una vez, para una procesión; estonces como vas vestido de seglar la gente no reconoce si eres fraile o no lo eres, eres uno de tantos.
- Convivir es complicado incluso en la familia, ¿es complicado convivir en un convento?
Pues como en todo. En una comunidad no siempre estás a gusto con todo. Por aquí han pasado muchos superiores y muchos hermanos, y con unos te has llevado mejor que con otros, pero al final, con razón o sin razón, vas pasando las cosas menos buenas y convives en comunidad. Yo no he tenido contratiempos ni con mis compañeros ni con la gente de fuera del convento. He llegado a convivir en esta casa hasta con cuarenta, se juntaban cuatro o cinco padres, cuatro o cinco hermanos y los estudiantes; el comedor se llenaba.
- Tanta gente y casi se les quema un día la casa...
Cuando el incendio yo no estaba aquí, fue después de mi primera estancia en Hellín. Hicieron un Belén para Navidad, como hacen todos los años y se ve que hubo un cortocircuito o lo que fuera y prendió, y como debajo del coro había un montón de sillas de anea… Gracias que no fue un incendio de llamas, porque como estaba todo cerrado y no había corriente de aire no prendió llama; fue, más bien, una humareda que todo lo dejó negro. El Cristo del Gran Poder estaba al lado del Belén y el calentor aquel lo dejó feísimo. Al Cristo, al retablo… y suerte que no hubo llamas, sólo el humo, estuvo toda la noche ahí, haciéndose brasas... Cuando regresé a Hellín ya estaba todo arreglado; la culpa fue del Belén y de las sillas de anea. Antes del incendio no se veía el techo como se ve ahora, era todo bóveda. Más tarde descubrieron y lo dejaron como está ahora.
- Los franciscanos hellineros, después de la guerra fundaron un colegio, ¿estuvo usted en esa etapa?
Sí. En esta misma sala donde estamos ahora el padre José tenía una escuela de primaria, no era de mayores, aunque entonces no exigían tanto como ahora ni las clases eran como ahora. En aquellos años de colegio yo estaba en la portería y ayudaba en la cocina, y también le ayudaba al padre José con los pequeños.
- El colegio no era para niños de alta condición social ni económica, ¿cómo se mantenía?
Pues no sé si pagaban los padres algo, y si lo hacían no sé cuánto pagaban. Se mantenía con las colectas de la iglesia, el estipendio de las misas. Luego a los estudiantes mayores que estaban aquí estudiando filosofía y teología les ayudaba la provincia, que procuraba los gastos de los estudiantes mayores. Y los bienhechores, por supuesto, que por aquellos años había gente que daba sus donativos para el colegio.
- Cuando se ayuda al que no tiene y el que ayuda tampoco tiene mucho, se necesita gente que colabore.
Había muchos bienhechores, por decir alguien, doña Elvira, que vivía aquí al lado, don Agustín Fernández... entre otros, gracias a los cuales se pudo levantar la obra para que estuvieran los estudiantes.
- ¿Porqué cierran el convento de Hellín?
Lo cierran por falta de vocaciones. No entran frailes. Nuestro seminario está cerrado porque no hay seminaristas. El obispo dice que no cerremos, que le da lástima que se cierre, pero… Ahora se va a quedar para dar una misa el sábado, la misa que hacen en la Asunción la pasan aquí, pero ya está. La mayoría de nosotros tiene una edad avanzada y no entran jóvenes. Se han cerrado Hellín, Baza y Almansa, los tres.
- ¿Está sólo en el convento estos últimos días?
Está el padre provincial conmigo. Pero de los tres que éramos sólo quedo yo, cada uno se ha ido ya a su destino, uno a Lorca y el otro a Madrid.
- ¿Y no da un poco de miedo estar tan poco acompañado en una casa tan grande?
Impone un poco una casa tan grande, de día no, pero por la noche sí. Encima ahora que oyes que entran a robar... Yo a todo el mundo le digo que no me da, pero la verdad es que un poco de respeto sí siento.
- Esas noches en las que se siente respeto, ¿se siente también nostalgia por la marcha de Hellín?
Muchísima. De pensar que me tengo que ir me paso muchas noches que no duermo ni tres horas. Y llorar, pues también lloro… cuarenta años hacen mucho.... Tengo mucha gente conocida…
- Seguro que cuando lo destinaran a Hellín también pasaría malas noches en su anterior casa.
Pues sí. Vine desde Cartagena. Estuve allí, en el colegio, catorce años y claro que lo sentí mucho, pero es que aquí son cuarenta años, es media vida. Como allí estuve en el colegio de párvulos, tomabas cariño a los niños y conocías a las madres… pero esto es peor. Si es posible que en la nueva comunidad me encuentre mejor todavía que en Hellín, no lo niego... pero eso está por ver. Y que si yo tuviera ahora, que te voy a decir, cincuenta años; con cincuenta años te tomas la vida de otra manera, pero con mi edad ya… Otra de las cosas que voy a echar de menos es el huerto, porque donde voy no hay y me gusta trabajarlo, si me gusta.
DE MANUEL A FERMIN
- ¿A qué se dedicaba su familia?
Siempre a la agricultura. Mi padre murió en tiempo de guerra, en el 37, y mi madre se quedó con un hermano mayor que tengo y conmigo, y con un bancal que tenía pudimos salir adelante los tres. Se sembraba trigo, hortaliza… con lo poco nos apañábamos pero si tengo que decir que, gracias a Dios, en mi casa nunca pasamos hambre. Cuando la guerra me acuerdo de ver a los milicianos pasar por el pueblo requisándolo todo: la ganadería, el grano, todo, para que comiera la tropa. Al que le tocaba no le dejaban nada, menudo gusto le daría, pero a ver quién se oponía…
- ¿Cómo fue que entró en la Orden?
Pues todos los años venían unos padres franciscanos a predicar y confesar en el pueblo para los días de Semana Santa y me vino el deseo de ser fraile. Yo entonces era sacristán en la parroquia de mi pueblo y de verlos cada año ya nos tratábamos; uno de los padres un día preguntó “porqué no te vienes con nosotros al convento”. Lo estuve pensando, junto con mi madre, que también era muy cristiana, gracias a Dios, y me decidí; ella no me puso pega alguna.Yo no pensaba entonces en ser hermano o no ser, sino que quería ser fraile. Un padre se encargó de llevarme al convento, tenía diecisiete años. Antes de sacristán ya había sido monaguillo.
-¿Ha conocido muchos conventos?
He estado en Cehegín, Lorca, Baza, Murcia, Cartagena, Orihuela, Alicante, Albacete y Almansa. Los he corrido todos; un día hubo un provincial que le dio al hombre por trasladarme en poco tiempo. Estaba en Alicante tres meses y quiso llevarme a Almería y ya le dije “Padre, por Dios…” y no me llevaron. De toda la provincia sólo me queda Almería por recorrer.
- Para haber estado cuarenta años en el mismo sitio, si que ha corrido usted, si.
En Lorca estuve dos veces, el noviciado y cuando me llevaron a Baza; de Lorca a Alicante, de Alicante a Orihuela, luego a Almansa, de Almansa a Albacete, luego vine a Hellín, por primera vez, de aquí a Cartagena, catorce años y de de vuelta para aquí. Lo que pasa es que en algunos sitios estuve muy poco. A mi nunca me han gustado los traslados, pero uno ha de ir donde le manden a hacer lo que le manden. No sé lo que haré en la nueva casa… lo que me manden, me figuro que o bien ayudaré en la cocina o estaré de sacristán en la iglesia, ayudaré a limpiar, quitando el huerto, haré más o menos lo mismo que hacía aquí.
- O sea, ¿que ha estado en Hellín en dos ocasiones?
Estuve por primera vez en el 54, cuando la coronación de la Inmaculada, una buena temporada y calculo que entre aquella vez y esta estaré unos 40 años.
- Un franciscano tiene más sencillo ir al cielo...
Depende de si ha cumplido con sus deberes, porque si no lo ha hecho tendrá que dar cuentas por muy franciscano que sea. Hay mucha gente de calle que, cumpliendo con sus obligaciones cristianas, hasta donde puede llegar, tiene más méritos que algunos frailes y padres. Cuando profesamos tenemos unas obligaciones que cumplir y por ellas rendimos cuentas.
LA ORDEN DE SAN FRANCISCO
- Los franciscanos observan especialmente el de pobreza. ¿Cuál es la pobreza franciscana?
La pobreza de los franciscanos supone no tener nada en propiedad, no poder decir “esto es mío”. Aunque si te compras unos pantalones, o una camisa son de tu uso, no es mío, es nuestro. Todo es común; todo. Lo mismo da que seas fraile que seas el provincial, todos tenemos los mismos derechos dentro de la Orden.
- Se dice que un franciscano es él y su hábito.
Así es. Cuando yo empecé en la Orden llevábamos los calzoncillos, que eran de lienzo, no como los de ahora de algodón, la túnica, el hábito, las sandalias, y pare usted de contar. Ni calcetines ni nada. Yo sólo he llegado a romper una túnica en toda mi vida.
- ¿En invierno y en verano?
En invierno a alguno. Con permiso del superior, si alguno estaba delicado, se le dejaba que se pusiera calcetines, pero camisa y todo eso no.
- ¿Y no se pasaba frío?
Si, pero se aguantaba uno. Si eliges llevar una vida de sacrificio tienes que pasar las cosas... y se pasaban y no pasaba nada. Hay todavía algún franciscano que lo observa, sobretodo de los mayores, pero la mayoría ya no lo observa. Y entonces caían unos nevazos... ahora no hace el frio de antes.
- Cuando uno pasa unos días de descanso, ¿debe observar las normas de la Orden, o se relaja un poco?
Debe observarlas. Que alguno se salga un poco, eso ya… cada uno tiene su conciencia. Cuando voy a mi pueblo, me acerco todos los días a mi parroquia como aquí; y si aquí rezo el Rosario todos los días porqué no lo voy a rezar en mi pueblo. Cuando vivía mi madre lo rezábamos juntos, pero ahora, como uno trabaja, otro que sale, otro entra… no puedes decir que recen el Rosario contigo porque no tienen tiempo. Es la vida que hemos elegido. Para mejor todavía teníamos que ser hoy día más austeros con nosotros mismos.
- ¿El voto de pobreza le permite aceptar un regalo?
Pues tendría que consultar primero con el superior si podría aceptar o no ese regalo. Hoy día, para cosas pequeñas, ya no se consulta; si te regalan un transistor, una caja de pañuelos o un jersey lo puedes aceptar sin consultar con el superior. Pero que te regalen no supone que se puedan acumular muchas cosas; la pobreza supone no acumular nada más de lo que sea necesario.
- ¿Y un regalo económico, por ejemplo 3.000 euros?
No lo podría recibir sin consultar con el provincial.
- Y si el provincial le diera permiso, ¿a quién pertenecería esa cantidad de dinero?
Esa cantidad pasaría a la comunidad en la que yo estuviera. Si me la dieran hoy sería para la comunidad de Hellín.
- ¿Quién gestiona la economía de la Orden?
El provincial el dinero según las necesidades de las casas de la provincia; que si necesita una reparación, que si a otra le han entrado humedades, que si otra hay que arreglar el tejado… Todos los conventos ofrecemos todos los meses para las necesidades de la provincia; lo que aquí sobra se da a la provincia para que ayude a otra casa que lo necesite; porque hay casas en las que se ven negros para salir adelante.
- Cuando habla de la provincia se refiere a la de la Orden ¿Cuántas provincias hay en España?
Ocho; nosotros estamos en la de Cartagena y cada provincia la gestiona un superior, el provincial.
- ¿Y cómo explicamos con la pobreza el dicho aquél de "si no tienes tira y que den los franciscanos"?
Pues a pesar de no albergar propiedades, los franciscanos siempre se han distinguido por ser limosneros. Nunca se ha ido nadie que haya llamado a nuestra puerta sin llevarse algo, dinero pocas veces, porque no tenemos más que lo imprescindible, pero como poco siempre se han ido con un plato de comida.
LA ORDEN Y LAS ORDENES Y EL SECULAR
- En pocas palabras, ¿a qué se dedica la Orden de San Francisco de Asis?
A la extensión del evangelio. Bien en colegios, catequesis o parroquias.
- Para los legos en la materia, ¿en qué se diferencian el clero regular, ustedes, y el clero secular?
El clero secular son los curas de las parroquias. Nosotros, el regular, que somos los pertenecientes a las órdenes, nos sujetamos a parte de los tres votos: pobreza, obediencia y castidad, a la régula, es decir, a las reglas de cada orden. Por otro lado nuestro superior es el provincial y el del clero secular es el obispo.
- ¿Qué hace un sacerdote que no haga un fraile?
Un sacerdote puede confesar y puede administrar los sacramentos. Puede celebrar misa y yo no puedo.
- ¿Cómo es posible que un franciscano pueda dejar de ser hermano para hacerse padre?
Se les ha llamado “padre” a los franciscanos que son sacerdotes, y a los que no, se nos ha llamado hermanos, o fray. Sin embargo, cuando hay un capítulo o fallece alguno se les nombra como fray y su nombre, sea fraile, sea sacerdote o sea obispo. El arzobispo de Sevilla, Monseñor Carlos Amigo es franciscano y su nombre en la Orden es Fray Carlos Amigo; aquí vino una vez a visitar a un hermano, que era gallego como él, tengo una foto con él en mi habitación. San Francisco nunca habló de “padre” ni “madre”, dijo que todos éramos hermanos, habló de fraternidad.
- Según esa fraternidad todos somos hermanos.
Todos somos hermanos. Hasta el contrario. El verdadero cristiano no puede condenar extraño incluso al mayor criminal que haya matado a varias personas, pero nos dejamos llevar por el odio y la venganza.
- ¿En qué se diferencia una Orden de otra?
Las Órdenes se distinguen principalmente por sus fundadores; por ejemplo, los franciscanos, fundados por san Francisco, y los dominicanos, fundados por Santo Domingo. San Ignacio también fue un gran santo y fundó los jesuitas. Los Capuchinos, por ejemplo, son una rama de los franciscanos. Por otro lado, algunas órdenes se han destacado en hacer una vida de mayor penitencia. Los carmelitas descalzos han querido salirse de la norma para ser más observantes; lo mismo que pasó en los franciscanos con San Pedro de Alcántara, que buscó ser más penitente. Por lo demás todas tienen la misma misión, extender el Evangelio de Cristo.
- ¿Hay rivalidad o distinciones entre unas y otras?
Al contrario, San Francisco y Santo Domingo eran íntimos y así ocurre con sus Órdenes; en los sitios donde hay franciscanos y dominicos, el día de Santo Domingo, los franciscanos comen con ellos celebrando el día y a la inversa el día de San Francisco; nosotros a Santo Domingo le llamamos “padre Santo Domingo”.
LOS MALES DE LA IGLESIA
- La falta de vocaciones parece uno de los mayores males de hoy día de la Iglesia.
Es un problema general, lo mismo que a nosotros les pasa a los jesuitas, a los capuchinos... a todos. Han disminuido las vocaciones. A lo mejor en la generación futura hay una subida y todo se mejora, por ahora yo lo veo difícil, como Dios no ponga de su parte… Hay naciones en las que sí afloran las vocaciones, pero en España no. En nuestra provincia nos juntamos unos cincuenta, en Cataluña pasa lo mismo... los vascos, que siempre han sido numerosos, también están en crisis.
- La Iglesia es una instintución que tiene dos mil años. ¿Cuál es el problema hoy?
Hoy hay muy poca fe, en general. Antes aquí se llenaba la iglesia en la misa de once y en las otras dos entraba gente y ahora ves a cuarenta o cincuenta. Suerte que a los franciscanos nos quedan los colegios para seguir haciendo nuestra labor, porque el culto en las iglesias ha bajado mucho. ¿Cómo van a traer a los conventos a los hermanos y padres jóvenes? se los llevan a colegios y a parroquias, donde hay más trabajo.
- ¿Qué falta, el culto o la fe?
Falta la fe, y si falta la fe falta todo lo demás. Dios no está metido en la iglesia esperándonos, Dios está en todas partes, en la iglesia y fuera de ella, por esencia, presencia y potencia. Donde estés está Dios.
- Los franciscanos se van de Hellín, pero dejan su mayor tesoro, la Inmaculada.
Ella es la principal de todo el convento, aunque la Inmaculada no es la titular del convento, la titular es Nuestra Señora de los Angeles, que está también en la iglesia. La Inmaculada es la patrona de la Orden y también es la patrona de España.
- ¿No es la Pilarica?
No, la Pilarica es patrona de Aragón y de la Hispanidad, la patrona y protectora de España es la Inmaculada. La voy a echar de menos … Ella se queda aquí, con los hellineros, que está muy bien puesta donde está.

Manuel Ramos Morcillo, para la Orden fray Fermín,
nació en Santiago de la Espada, en la provincia de Jaén, el 11 de julio de 1.929.
Color: Azu
lPelícula: Me han gustado tantas… las policiacas y todas estas de temas religiosos: Los diez Mandamientos, Hermano Sol, hermana Luna, Marcelino pan y vino.
Libro: "La imitación de Cristo" y los escritos de San Francisco
Canción: El himno de la alegría, de Beethoven. Tengo buen oído para la música, ahora estoy ya medio sordo.
Personaje real: mi madre, que fue una santa, el Papa Pío XII y Juan XXIII
Defecto: Tengo tantos… que soy poco comunicativo y muy serio
Virtud: Me gusta trabajar y ayudar en lo se puede. Me gusta la limpieza y la agricultura
.De no haber sido fraile le gustaría haber sido: militar
Consejo: que no pierdan la fe, a pesar de tantas contrariedades que te da la vida. A pesar de las comodidades , que no pierdan la esperanza.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Radio Hellín en los años 50 Por : Mª Dolores Tomás Tomás


Radio Hellín en los años 50
Radio Hellín fue una emisora de radio que funcionó en Hellín desde 1.958 hasta 1.967, perteneciente a la REM, la Red de Emisoras del Movimiento.
En general, la emisión se podía dividir en cinco programas. Empezaba a las nueve de la mañana con un programa matinal que duraba hasta las doce. Tras el matinal seguía el programa de mediodía hasta las dos y media, y tras él, el programa de sobremesa, que duraba hasta las cinco de la tarde. Finalizado éste se cerraba la emisión, que se volvía a abrir a las siete de la tarde con el programa de tarde, que llegaba hasta las nueve o diez de la noche, en que empezaba el programa de noche, que duraba hasta las doce. A las doce se cerraba la emisora hasta el día siguiente a las nueve.
Por Radio Hellín pasaron numerosos locutores y locutoras, de los que destacaron seis, tres hombres y tres mujeres: Fernando Lazareno, que tenía una voz encantadora, Octavio Tomás, Ángel Moreno, Chencha Parra, Gloria Bernabeu y Conchi Ramón. El director de la emisora era Antonio Serrano, que falleció no hace mucho.
La emisora se financiaba, principalmente, con la publicidad y cuotas que pagaba el club de amigos de Radio Hellín, lo que se sacaba con los discos dedicados y con los otros anuncios que se daban por la radio como necrológicas, funerales, pérdidas, etc.
Teníamos corresponsales y socios de la radio de Hellín tanto en Hellín como en sus alrededores. Corresponsales por ejemplo en Isso, Tobarra, Agramón, Mingogil, Las Minas, Cancarix, que recibían las peticiones de sus vecinos y las mandaban por correo a la emisora.
En Hellín estaba el club de socios, en el que cada socio pagaba cinco pesetas mensuales. Había un cobrador que era Manuel Peña Vázquez, que salía todos los meses a casa de cada socio a cobrar su cuota. A cambio de ésta le daba unos vales para poder dedicar dos o tres discos durante el mes a quien ellos quisieran.
PROGRAMACIÓN
El primer programa cada día lo titulábamos “Buenos días” y consistía en dar la hoja del calendario donde se mencionaba la fecha, el día de la semana, la hora de salida y puesta del sol y de la luna, el santoral del día y el minuto de filosofía que siempre era tan interesante. Luego seguía la información del tiempo y también dábamos los precios del mercado, que los facilitaba el ayuntamiento todos los días.
Al acabar "Buenos días" empezaba un programa llamado "Espacio del productor" que estaba dedicado a los trabajadores en general, a saber: costureras de talleres de modistas, camareros, empleados de comercios, trabajadores de fábricas… Era el programa típico para solicitar una canción que les gustara y se las dedicábamos, de manera gratuita.
Después poníamos un serial radiofónico, que nos enviaban desde Madrid. Cada día poníamos un capítulo que gustaba mucho; era como un culebrón de los que ahora dan en la televisión, pero radiado, claro.
Teníamos también "El club de amigos de Radio Hellín". Que era un programa en el que se emitían discos dedicados por algún oyente a otra persona.
Con estas cosas y con otras llegábamos hasta las doce del mediodía, con el programa que se llamaba también "Programa del mediodía". Se daban las doce campanadas y a continuación el rezo del Angelus, seguido de una breve meditación. Aunque parezca lo contrario, el Angelus tenía sus oyentes. Recuerdo que un día se presentó en la emisora una señora que no era de Hellín, sino que había venido a pasar unos días, para darnos las gracias por ese programa, y decirnos que le gustaba, y que no lo había oído en ninguna otra emisora. Nos pareció un señora muy simpática y agradable.
Después teníamos por la mañana el programa “Moda, hogar y fantasía”, donde hablábamos de moda, tal y como dice el título, dábamos recetas de cocina, trucos para el aseo y limpieza de la casa y muchos consejos relacionados con el hogar. Se llamaba "y fantasía", porque fantaseábamos también.
Teminado éste teníamos un boletín informativo local. Después conectábamos con las noticias de Radio Nacional de España. Y en el boletín de la noche ofrecíamos también el cupón de la ONCE que había sido premiado. También teníamos un programa por la mañana sobre efemérides, en el que se recordaban los hechos importantes que habían ocurrido a lo largo de la historia en ese día.
Octavio Tomás conducía el programa “Felicidades”. Octavio buscaba en los archivos, no sé si del registro o de dónde, quién cumplía años ese día en Hellín y le felicitábamos.
A parte de los programas no podemos olvidar la publicidad. Teníamos una Guía Comercial bastante simpática, porque muchos de los anuncios eran muy originales, incluso los había en verso. De entre ellos recuerdo el de un comercio importante de Hellín, “Abelardo”, que tenía un anuncio que hacían dos locutoras. Una decía: "¡Qué traje, qué elegante!", a lo que la otra respondía: "Es que visto en Abelardo". Abelardo tenía también una cuña publicitaria para Navidad que decía: "Los reyes vienen cubiertos con elegantes tabardos. No es de extrañar que así sea, es que los viste Abelardo".
En Radio Hellín dábamos también necrológicas, decíamos los funerales que había, dábamos los avisos de pérdidas de objetos... Si a alguien se le perdía algo, iba a la emisora, y por una cantidad muy pequeñita se comunicaba por la radio lo que había perdido y más o menos el lugar por donde había sido. Muchas veces llevaban a las oficinas de la emisora el objeto que se había perdido.
Hay una anécdota graciosa de un señor que fue un día a anunciar que se le habían extraviado, o que le habían robado, un par de mulas. El caso es que se dio el anuncio de que había perdido las mulas y por la noche, cuando ya estaba cerrada la oficina, se presentaron con el par de mulas para devolverlas. La cuestión es que subieron con las dos mulas al tercer piso, donde estaban los locutores. Me imagino lo que sería subir el par de mulas escaleras arriba, que además eran escaleras de caracol. Os podéis imaginar cómo se quedó aquello...
En la sobremesa de los miércoles se emitían “Los comentarios hellineros de la tía Anica y el Tío Chanchero”, que tuvieron gran calado en la gente y de los que ya hablamos en la entrevista del número 16 de esta revista.
Un colaborador nuestro titulaba su programa “El rapsoda manchego”. Era un programa dedicado a la poesía, en el que el locutor recitaba sus poemas. Tenía sus oyentes, y es que no hay que olvidar que por aquellos años gustaba mucho la poesía.
Al margen de éstos, había otros espacios semanales en el "Programa de Sobremesa", que siempre se cerraba con un concierto de música, a veces clásica, otras veces moderna, a las cinco.
El "Programa de la tarde" comenzaba a las siete con el rezo del Santo Rosario, para ello solía ir a la emisora un sacerdote que lo dirigía. El día que no podía ir el sacerdote alguna locutora hacía las veces y lo rezaba ella. Los domingos retransmitíamos la Santa Misa desde la Parroquia de la Asución.
De rezar el Rosario pasábamos a un programa donde se dedicaban discos a distintas personas, hay que decir que tanto de Hellín como de los alrededores. Todos los días recibíamos numerosas cartas pidiendo discos, en las que se escribía una dedicatoria. La dedicatoria era leída por el locutor y a continuación se ponía la canción que pedía.
En ese "Programa de la tarde" había espacios especiales, como por ejemplo, "Carrusel". "Carrusel" era un programa infantil, del que nos mandaban el guión desde Madrid y lo grabábamos los locutores y las locutoras en nuestros estudios algún día antes del jueves que es cuando se emitía. Además de "Carrusel", para los niños había otro programa los domingos por la mañana. Era muy bonito; consistía en que los niños acudían a la emisora acompañados por sus padres a hacer sus gracias, como cantar, contar chistes... es decir, lo que los niños sabían hacer. Hay que decir que todos estos programas se hacían de cara al público, allí, en el escenario que había en la emisora, y claro, las cincuenta butacas que teníamos se llenaban de gente que iba a verlo en directo, y siempre faltaban butacas.
Después de los discos dedicados de la tarde, había programas especiales con colaboradores, que hacían sus intervenciones, y, cómo no, también había concursos que patrocinaban comercios, igualmente de Hellín como de fuera. Recuerdo que había un detergente que cuando lo comprabas te daban en las tiendas un vale, que rellenaban y lo depositaban en la emisora. Se fijaba una fecha para el sorteo y recuerdo que una vez se sorteó una máquina de coser que correspondió a una chica de Tobarra. Eran regalos buenos.
Otra casa de aquí patrocinó una marca de galletas e hicieron un concurso que consistía en ver quién comía más galletas en un tiempo determinado. Otra vez se hizo algo parecido con la gaseosa "La Casera", y el concurso consistía en ver quien bebía más gaseosa. En fin, se hacían cosas entretenidas. Por la noche, antes de conectar con Radio Nacional para emitir sus informativos, hacíamos nuestro boletín local con todas las novedades y noticias de Hellín y sus alrededores.
El "Programa de noche" era de un tema distinto cada día. Los lunes, por ejemplo, lo dedicábamos a la zarzuela, que por aquel entonces gustaba mucho. Hacíamos una introducción a cada una de las zarzuelas y después se ponía el disco. Otro día hacíamos “Canciones al viento”, que lo llevaba nuestro locutor Ángel Moreno, y consistía en seleccionar seis o siete canciones y con sus títulos formar un argumento que él iba narrando. Según se iba desarrollando el argumento se emitía la canción que correspondía.
Los jueves por la noche teníamos teatro; que a veces lo mandaban grabado de Madrid, pero que la mayoría de las veces lo grabábamos en la emisora los locutores y colaboradores de la misma. Grabábamos entremeses de autores famosos y en fin, todo aquello que se nos iba ocurriendo. Cuando llegaba la época del mes de noviembre hacíamos Don Juan Tenorio y lo emitíamos cada noche un acto. Hacía el personaje de don Juan el locutor Fernando Lazareno, con su voz tan bonita; Octavio Tomás hacía el comendador, yo hacía de Brígida y una locutora hacía de Inés, otra de Lucía; Incluso el cobrador de la emisora hacía algún papel, porque el Tenorio tiene muchos personajes, aunque algunos eran doblados. Por aquel entonces había venido un técnico para reparar una avería que había en el emisor y lo pusimos para que hiciera de Luis Mejías. En otro momento preparamos una comedia en tres actos titulada "Nuestras Chachas" sobre el servicio doméstico, interpretada por nuestro cuadro de actores, es decir locutores y locutoras, y que llevamos dos noches al Teatro Victoria, y también a Villarrobledo. Con esto obtuvimos fondos para comprar discos.
Además teníamos un programa deportivo que se llamaba "Gol", que lo hacía un empleado de la emisora que trabajaba en la oficina y que además era árbitro de categoría regional. Trataba de lo que había ocurrido el domingo en los partidos de fútbol.
Un programa muy importante era “La Caravana del sábado“ donde acudían aquellos que sabían hacer algo: unos cantaban, otros recitaban o tocaban instrumentos, contaban chistes, hacían imitaciones… cada uno lo que quería o sabía hacer. En fin, que para cada sábado había un programa, que tenía mucha audiencia, y con estos artitas noveles formábamos una caravana para actuar en los alrededores; y así fuimos con ellos a Tobarra, a las Minas, Elche de la Sierra.
También por la noche, a una hora avanzada, teníamos el programa “Noche de Ronda”, que era muy bonito. Aquí intervenían los muchachos que querían rondar a las chicas que les gustaban dedicándoles una canción. Su sintonía era, como no, la canción de Agustín Lara: "Noche de ronda".
Al margen de los programas de radio, Radio Hellín también hacía otras cosas de manera excepcional, como por ejemplo lo de "Los peregrinos de la caridad". "Los peregrinos de la caridad" eran un grupo de actores y actrices de Madrid, de unas diez-doce personas, entre ellos Fernando Sancho, Perla Cristal, Trini Alonso, Charito Maldonado, y otros que iban actuando, a donde los llamaban, con la intención de recaudar dinero para actos de caridad.
Vinieron a Hellín para una actuación, que consistió en que cada uno se puso con una escoba a lo largo de la calle del Rabal barriendo desde un extremo a otro, y a la gente que pasaba les pedían dinero que, los transeúntes echaban en el suelo, que ellos seguían barriendo, para luego recogerlo. La tarde en que llegaron fue algo espectacular; se citó por radio a quienes quisieran salir a recibirlos, y fueron muchos coches por la carretera hacia Albacete al encuentro de la compañía que venía en un autobús. No recuerdo el lugar donde se llegó a producir el encuentro. El regreso de toda esa comitiva fue de noche, y era impresionante ver en la carretera un coche tras otro de regreso a Hellín, todos ellos con los faros encendidos, de tal manera que por aquellos años parecía algo así como de otra galaxia, como una serpiente larga. Fue un acto muy original, ya que nunca se había visto en Hellín algo como lo que organizó al día siguiente esta gente en el Rabal. Recuerdo que se recaudó bastante dinero.
Otra cosa curiosa fue que a través de la emisora se reparó la cuarta columna del camino del Calvario o Via Crucis. Como consecuencia de la guerra y de todo lo que la guerra conllevó las catorce columnas del camino del Calvario estaban bastante deterioradas, unas más que otras. Algunas fueron restauradas porque estaban a cargo de ciertas familias de aquí que ya las habían arreglado, pero la cuarta columna seguía en muy mal estado. Un día se me ocurrió dar la voz a través del micrófono y pedir a las mujeres de Hellín que, como cosa de mujeres, reparásemos esa cuarta columna con nuestras aportaciones y con nuestra entrega. Recogimos el dinero suficiente para repararla y luego vestirla, pintarla, adornarla. Aquello resultó muy bonito gracias a la iniciativa de la emisora y de tantas mujeres que colaboraron. Y no puedo olvidar la Campaña de Navidad que cada mes de diciembre dedicábamos para obtener los fondos que después permitían adquirir turrones y juguetes para niños y familias necesitadas. Los populares personajes de Tía Anica y Tío Chanchero, atendían las llamadas por teléfono de todo el pueblo que respondía generoso.
ENTREVISTAS
También realizábamos entrevistas a personas de Hellín que por una cosa o por otra hubieran destacado en algo y, por supuesto, a los artistas que venían a actuar en nuestros teatros, porque entonces solían venir muchas compañías teatrales y de revistas. Iban a la emisora a que les entrevistáramos. A ellos les servía como publicidad y nosotros podíamos ofrecer a los radio-oyentes estas entrevistas siempre interesantes. Por otra parte, una vez al año, se realizaba otra cosa importante; la verbena de la radio, que tenía lugar una noche de la feria de Hellín en el local del Cinema Levante, situado donde ahora está el BBVA de la calle El Sol. El Cinema era un café-bar que daba a la calle, y que tenía detrás unido a él y separado por una cristalera grande una extensión amplia de terreno como a modo de patio, adornado con plantas. Al fondo del mismo se encontraba la pantalla del cine, al aire libre con numerosas filas de butacas y en los laterales había también mesas para que la gente, cómodamente sentada, pudiera ver la película y tomarse un refresco o un helado. Por entonces teníamos dos cines de verano, no solamente éste que era el más importante, sino que también se hacía cine de verano en la plaza de toros. Esos cines se han perdido, y yo los echo de menos porque al fresquito se estaba muy a gusto y se podían ver muchas películas. En la verbena de la radio traíamos atracciones importantes del momento, había bailes, concursos, sorteos entre los asistentes a la verbena, con regalos que ofrecía el comercio de Hellín: una olla a presión, un tostador, un frasco de colonia o una caja de medias. Era muy bonita, había gente que esperaba la verbena de la radio de año en año.
Otro evento importante que se realizaba cada año era la lectura del pregón de Semana Santa. Por aquellos años y mientras la emisora estuvo en activo, el pregón de Semana Santa se leía a través del micrófono de la radio. Recuerdo el año que mi tío Alejandro Tomás, que era el autor de los guiones de las conversaciones de la tía Anica y el tío Chanchero, hizo el pregón. Vino de Madrid y lo leyó él personalmente a través de la emisora. Otro año el pregón lo escribió una señora que era hellinera pero residía en Barcelona, ejerciendo como catedrática, doña Rosario Losada Jávega. Ella mandó el guión escrito, y como el pregón se daba unos días antes, y ella hasta los días críticos de Semana Santa no venía, fui yo quien leyó el pregón.
Tenemos que hablar de las excursiones que organizaba la emisora para sus socios, en las cuales visitábamos todas las playas cercanas a Hellín. Lo más lejos que llegamos en nuestros viajes creo que fue a Altea y Denia. Íbamos a Benidorm, San Juan, Alicante sobre todo a las Hogueras de San Juan, a las que no faltábamos ningún año. También hacíamos todos los años una excursión de un día a la feria de Albacete, e incluso fuimos a la feria de Villarrobledo. Había muchas cosas más pero han pasado más de cuarenta años y no las recuerdo.
Al final se cerró la emisora. El motivo fue porque hubo una limpieza de muchas emisoras pequeñas ya que interferían unas con otras, incluso llegó un momento que interferían con Radio Nacional de España, por lo que cerraron muchas en cada provincia y a la nuestra también le tocó. Las que autorizaron para la provincia de Albacete se quedaron en la capital.
La emisora estuvo abierta desde el año 1958 hasta el 1967, en los que yo estuve trabajando en ella, como jefe de programas. Cuando cerró, me dediqué por completo a mi casa y a mi familia, y como nada se había cotizado por nosotros, no nos quedó paga alguna.
Radio Hellín supone para mí un montón de recuerdos gratos en su mayoría, aunque también hubo alguna cosilla que no me hizo tan feliz, pero es mejor no recordarlo.